El estado de emergencia por la marea negra se extiende a Florida
Obama apuesta por mantener las perforaciones de petróleo "de forma segura y responsable".- El vertido alcanza las costas de Luisiana
YOLANDA MONGE / EL PAÍS - Washington / Madrid - 30/04/2010
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La marea negra llega a Louisiana
VIDEO - AGENCIA ATLAS - 30-04-2010
La mancha de crudo procedente del Golfo ya se extiende por una superficie similar a la de Asturias. Y amenaza al delta del Mississipi, el mayor río de Estados Unidos. - AGENCIA ATLAS
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha comparecido por segunda vez en menos de 24 horas para defender la actuación de su Gobierno en la gestión de la crisis por la marea negra que ha llegado a las costas del Estado de Luisiana tras la explosión, el pasado 20 de abril, de una plataforma petrolífera en el Golfo de México. En una comparecencia desde la Casa Blanca centrada en la economía, Obama ha dicho que "se está haciendo todo lo necesario", que British Petroleum (BP) es la responsable del vertido y que se está trabajando 24 horas al día para minimizar el impacto del mismo. Además, ha insistido en que las prospecciones de petróleo, actualmente paralizadas por la Casa Blanca hasta que se investiguen las causas del accidente, siguen siendo un pilar básico de la política energética del país, pero deben ser llevadas a cabo "de forma segura y responsable"
Horas antes de la comparecencia de la comparecencia de Obama, David Axelrod, portavoz de la Casa Blanca, en declaraciones a la ABC, anunciaba la paralización de "nuevas perforaciones hasta que descubramos qué ha ocurrido aquí y si era evitable". Obama propuso a finales de marzo al Congreso de EE UU la apertura de las aguas costeras del Atlántico y de Alaska a las perforaciones de petróleo y gas natural, atendiendo a una de las principales demandas de los republicanos para lograr la independencia energética y asumiendo como propia una iniciativa del ex presidente George Bush, muy criticada en su día por demócratas y ecologistas.
Mientras tanto, tal y como temía el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, la mancha negra provocada por el accidente en la plataforma se está moviendo más rápido de lo que parecía y ha tocado ya tierra, 24 horas antes de los previsto. Una de las primeras zonas afectadas por la marea, del tamaño de la isla de Jamaica y que también amenaza a otros Estados de la Unión (Tejas, Misisipi, Alabama y Florida), será la reserva de vida salvaje de Pass-A-Loutre, en la desembocadura del Misisipi. El grueso de la mancha se encuentra a sólo 120 millas de la boca del río, según la CNN.
Una "catástrofe nacional"
El canal de televisión de Luisiana WWLTV informa de que al anochecer han llegado las primeras a las cercanías de la boca del río Misisipi. WWLT explica que los primeros indicios de la mancha los ha detectado un helicóptero de la Guardia Costera en la zona de Plaquemies. Se teme que las barreras instaladas para impedir frenar el crudo y proteger las costas tengan poco éxito debido a que en las últimas horas las olas en la zona alcanzaban más de un metro y medio de altura.
El Gobierno de EE UU ya habla de una "catástrofe nacional", ya que la costa estadounidense del Golfo de México es un ecosistema de gran diversidad medioambiental y una zona de la que depende una gran parte de la producción pesquera de marisco del país. Se trata de un área de descanso para más de un 70% de las aves acuáticas y en ella se pesca el 50% de la producción de gambas salvajes, el 35% de los cangrejos azules y el 40% de las ostras de todo Estados Unidos. El Departamento de Fauna, Flora y Vida Marina de Luisiana alerta de que la marea negra de crudo amenaza a más de 400 especies de Luisiana que dependen del ecosistema costero.
La Guardia Costera, la petrolera BP, pescadores y hasta convictos de Luisiana se han unido para frenar la llegada de la mancha de crudo a la costa. Hasta ahora, ni las barreras flotantes que han sido desplegadas cubriendo unas 20 millas náuticas frente a las costas de Luisiana ni los intentos de quemar la mancha han dado resultado en la contención. Ante la gravedad de la situación que se avecina, Jindal ha declarado el "estado de emergencia" en la zona y se ha puesto en contacto con la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, para pedirle más recursos con los que luchar contra el desastre. Jindal exige al Gobierno federal que le entregue fondos para financiar el despliegue de 6.000 efectivos de la Guardia Nacional con los que paliar el daño que previsiblemente causará la marea negra en una Estado que aún se recupera de los estragos causados por el huracán Katrina en 2005.
5.000 barriles diarios
Napolitano, el secretario de Interior, Ken Salazar, y la administradora de la Agencia de Protección Ambiental, Lisa Jackson, viajan hoy a la costa del golfo para supervisar la situación. Los tres sobrevolarán la zona y discutirán sobre los esfuerzos que se están llevando a cabo para limpiar y contener el vertido con responsables federales, estatales y locales. Asimismo, está previsto que se reunan con responsable de la petrolera BP. El Departamento de Defensa ha enviado equipos especiales y la base conjunta de la Armada y la Fuerza Aérea en Pensacola, en Florida, ha distribuido líneas de barreras flotantes, lanchas de limpieza y equipos de bombeo como parte de un acuerdo de colaboración con el Servicio de Guardacostas. Ya se han instalado 30 kilómetros de barreras flotantes y los reclusos han recibido un entrenamiento relámpago para que ayuden a limpiar las costas y animales contaminados por el petróleo, que avanza inexorablemente sobre el litoral. El subsecretario de Seguridad de Estados Unidos, David Hayes, calcula que las tareas de limpieza durarán unos 90 días.
La plataforma sigue expulsando crudo al mar a un ritmo de 5.000 barriles diarios (800.000 litros) y no de 1.000, como los responsables de la compañía habían declarado y hecho creer. Barack Obama piensa pasar a BP la factura de la catástrofe, que ya se compara con la del Exxon Valdez, el petrolero que se hundió frente a las costas de Alaska en 1989: "Mi administración usará todos los recursos a su alcance para enfrentar la situación aunque el responsable último y quién financiará la operación será BP". Ante el fracaso para obturar el pozo, el Departamento del Interior autorizó ayer la excavación de un nuevo pozo en el mismo lugar, para facilitar la extracción del crudo y evitar que continúe saliendo de modo incontrolado. No obstante, advirtió de que puede tardar hasta 90 días.
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